miércoles, 6 de enero de 2010

Celia

Me detengo y me pregunto qué hacer, si subir o no los avances de la novela. Es doble trabajo. Veré.
Este capítulo marcha como quien dice sobre ruedas, Celia existe, podría decirse que en casa convivimos con ella porque es la única forma de llegar a conocerla. No la planeo la voy dejando para que a medida que se mueve se vaya definiendo a sí misma. Es un buen método porque el personaje se mueve así dentro de una lógica en cuya construcción participa no solo el pensamiento consiente y la única forma de lograrlo es entregarse, dejarse atravesar por eso que parece que viene de otro lado, lo no planeado, lo que va surgiendo con el trabajo. La he apellidado Real como el psiquiatra de Las Nubes, la novela de Saer, y por supuesto la he emparentado con él.


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