lunes, 7 de diciembre de 2009

Este asunto de los artículos 2



La masacre de Recreo

(Segunda parte: los asesinatos)

"Soy López no hice nada", fue lo que dijo

Ferreyra en el momento de ser atrapado.

A seis años del fallo ejemplar que otorgó a Claudia Guadalupe Vega una indemnización ¿una reparación?, la víctima sobreviviente sigue esperando que se haga efectivo el cobro. Claudia fue la única sobreviviente aquella tarde del 12 de diciembre de 1995. Su madre y sus cuatro hermanos fueron asesinados. El asesino: Marcelo Graciano “Chajá” Ferreyra, un prófugo condenado por asalto y violaciones

­Guadalupe golpeó el piso con los pies. Antes había tocado a Ferreyra en el brazo, sacudiéndolo un poco para comprobar que estaba bien dormido. “Señor, señor”, le habría dicho. Al ver que el hombre continuaba durmiendo decidió escapar de la casa donde era retenida por la fuerza. Era la tarde del martes 12 de diciembre de 1995. Corrió. Al llegar al domicilio del Cabo Miguel Fernando Enrique dijo: “Ayudame, creo que mi mamá está muerta”.

Enrique era un allegado a la familia Vega, padrino de Cristian Alexis, el bebé de un año y once meses, una de las cinco víctimas de Ferreyra.

“Hay un tipo durmiendo en la casa de Pelano y la tiene amenazada con dos revólveres y una cuchilla”, dijo después.

La reacción de Enrique no se hizo esperar, pidió una bicicleta a un vecino y fue a la comisaría. Allí se encontraba el Oficial Martínez (sumariante de turno) y el Sargento Pino. Enrique declaró unos días después a El Litoral que los tres se dirigieron al lugar que les había indicado Guadalupe, la casa de “Pelano” Kostelak, conocido por sus actividades como proxeneta, donde Ferreyra había retenido y violado (en dos oportunidades) a la adolescente.

Enrique hizo sonar el timbre de la vivienda varias veces. Como no contestaba nadie fue hacia la parte de atrás de la casa y advirtió que por un ventiluz se asomaba “la cabeza de un tipo que de inmediato me apuntó con dos pistolas”.

Enrique disparó al aire en señal de advertencia. Ferreyra accionó su arma, motivo por el cual el oficial disparó en dos oportunidades más.

Ferreyra comenzó a huir ganando terrenos linderos. “Se nos escapa por las tapiales”, advirtió Enrique a Martínez y ambos policías comenzaron la persecución del delincuente.

“Le grité que se detuviera pero me apuntó con el arma así que disparé”. Enrique hirió a Ferreyra, según consta en el informe de los peritos en criminalística que al día siguiente tomaron muestras de los rastros de sangre que mostraban claramente el recorrido de Ferreyra en su intento de huída.

Enrique corrió tras Ferreyra que se ocultó en un garaje.

“Aguantame o te hago boleta”, le habría dicho Ferreyra al dueño de la casa, ganando el domicilio.

Enrique y Martínez ingresaron a la casa y lo atraparon; Ferreyra se había ocultado en el baño “Soy López no hice nada”, repetía El Chajá una y otra vez.

Luego de dejar a Ferreyra en custodia en una ambulancia, ya que se encontraba herido, Enrique fue al domicilio de la familia Vega y según declaró “....toqué timbre, no me acordaba cómo era el procedimiento, si podía forzar la entrada, entonces fui a la comisaría, regresé y también vino Guadalupe, entonces viene la ambulancia y nos dice que el tipo se le había escapado”.

Enrique y Martínez realizaron un rastrillaje en los alrededores encontrando a Ferreyra en los fondos de una casa “…donde se hacía el muerto”. Según Enrique, El Chajá continuaba diciendo “Soy López no hice nada” pero en un acto que deja al descubierto la perversidad del sujeto agregó “rompé el alambre de la ventana que el vidrio se cae”. Enqrique cortó los alambres, dio un par de golpes y el vidrio cayó; al descorrer la cortina el primer cuerpo que vio fue el de Cristian.

“....mi ahijado estaba con las piernitas colgando y al lado estaba la mamá. Hacia los pies estaba Daniel y en una cama cucheta del frente estaban para un lado Alberto y para el otro Sebastián”.

Nelli Susana Toledo de Vega fue amordazada, atada a una cama y asesinada a puñaladas. Cursaba siete meses de embarazo.

Alberto Aparicio Vega, nacido el 4 de julio de 1984; Roberto Damián Vega, nacido el 17 de noviembre de 1985 y Raúl Sebastián Vega, nacido el 27 de agosto de 1987, fueron estrangulados. Cristian Alexis, nacido el 14 de enero de 1994 fue asesinado mediante asfixia.

“No sé cómo me contuve”, declaró Enrique unos días después a El Litoral “...el oficial Martínez me abrazó y Guadalupe me preguntó: ¿tío, están todos muertos?”

Ferreyra fue trasladado al hospital Cullen a una habitación que se encuentra en el subsuelo y que pertenece al Servicio Penitenciario. Estando allí un guardia le pregunta por qué había matado a los niños, por qué había matado al bebé. Ferreyra contesta “porque no me iba a pasar al vida así” y mira por sobre su hombro, haciendo alusión a tener que pasarse la vida temiendo la venganza de los niños ya que él les había matado la madre.

La carrera delictiva de Ferreyra

Marcelo Graciano Ferreyra, apodado Chajá o Tatín, Prontuario 295988, comienza su carrera delictiva el 03/05/1986 con los delitos de Robo Calificado, Tentativa de Robos Calificados, por los que recibe una condena de 4 años de Prisión que termina sus efectos el 04/04/1990, logrando Libertad Condicional con fecha: 29/12/1988.

Meses después es acusado por Robo Calificado con Lesiones Graves/ Robo y Hurto Calificado, y el 03/08/1992 es condenado a 5 años y dos meses de Prisión, unificándose las condenas, estableciéndose una Pena Única de 9 años de Prisión venciendo el 13/09/1995.

El 23/03/93 accede nuevamente a Libertad Condicional. Algunos meses después, en octubre de 1993 es acusado de Homicidio, otorgándosele la libertad el 15/10/1993 por Falta de Méritos. Causa del 05/10/1993.

El mismo 15/10/93 es acusado de Violación; 5 días después el 20/10/1993 vuelve a incursionar en Violación y Robo Calificado. El 18/04/1995 es revocada la Libertad Condicional y se lo condena a 9 años de Prisión. Las penas se unifican a 18 años de Prisión, con vencimiento el 14/05/2005.

El 25/04/1995, pasa a Las Flores, ya que se encontraba en el Penal de Coronda.

El 01/12/1995 se fuga.

El 12/12/1995 comete el aberrante hecho de autos calificado legalmente como “...privación ilegítima de la libertad calificada reiterada; homicidio calificado por la alevosía y para lograr la impunidad reiterado en cinco oportunidades, rapto, robo calificado por el uso de armas, violación reiterada en dos oportunidades, corrupción calificada y resistencia a la autoridad calificada, ...”

El 7 de noviembre de 1997 es condenado a Reclusión Perpetua, con más la accesoria de Reclusión por Tiempo Indeterminado e Inhabilitación Absoluta Perpetua.

Fuentes:

Expediente 290, folio 40, año 1997, tercer cuerpo: fojas 606/621; segundo cuerpo: 390/393.

Testimonio peritos médicos.

Diario El Litoral.

Nota: Las fotografías han sido tomadas del expediente con autorización de Adrián Van Isseldyk, abogado que entiende en la causa.

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